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La ópera prima del guionista Edoardo Falcone, tan aclamada por público y crítica, llega a nuestro país hoy viernes 10 de Julio gracias a A Contracorriente Films.

El éxito de Si Dios quiere no solo es por su reparto, encabezado por grandes actores, Marco Giallini (Tommaso) Alessandro Gassman (el cura don Pietro), hijo éste del genial Vittorio Gassman, y Laura Morante (Carla, la desesperada madre).

Los otros elementos del éxito son su ritmo, diálogos, y, en general, toda la naturalidad aunque algo exagerada que desprende ante un hecho que, sobre todo en Roma, podría ser normal.

Un equívoco, lo que hace volar por los aires la calma tensa que vive la familia de Tommaso, un afamado cirujano, es la confesión de su hijo menor. Lo que aparenta ser otra cosa, teniendo todo el apoyo de Tommaso y el resto de la familia, acaba por enfrentar a Tommaso con su hijo, aunque al principio no sepa cómo decírselo. Su hijo menor quiere dejar los estudios de medicina para entrar en el seminario.

Tommaso, un ateo convencido, pragmático y muy científico, llega a enfurecerse tanto que inicia un plan absurdo, por lo exagerado, para intentar desenmascarar al padre Pietro.

Un plan que supone una «metaactuación», (actuar dentro de la ficción). Estas secuencias son, sin duda, parte del éxito de esta, podríamos decir, neorrealista comedia italiana.  Pero tiene otros muy buenos momentos, que harán que la película pase en un abrir y cerrar de ojos, lo mejor que puede pasarle a una obra cinematográfica, un concierto o un teatro. Todo lo contrario de las obras que al espectador se le hacen largas.

Para no desvelar mucho más, me gustaría añadir que Si Dios quiere trata muy bien, y con sumo respeto, la dualidad entre ateísmo y fe. Entre creer o ser un pragmático que todo lo basa en la más pura ciencia, aunque la ciencia no tiene la solución a los grandes enigmas.

No puede decirse que la intención sea tomar partido por un bando u otro, a pesar de que, sutilmente, se contraponen ambas posturas de un inicio cuando el hijo está leyendo los Evangelios dando la espalda a un telescopio, (una referencia a Galileo Galilei).

Otro de los aciertos está en que para cada espectador, el mensaje, el final de esta conmovedora, familiar y genial historia, significará algo diferente.

Combinando con pasmosa genialidad el «actual»neorrealismo italiano con la mejor comedia italiana, Edoardo logra, en definitiva, un film que no dejará indiferente a nadie. Quien busque algo para pasar un buen rato, sin sobresaltos, reflexionar un poco y disfrutar de una parte de la belleza de Roma, esta es, sin duda, su película. Mejor si es en versión original, para apreciar todo el talento del reparto y el guion. Como extra, os dejamos esta entrevista con Edoardo Falcone.

@EduVicu

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