El honor, el deber, y la familia (o el amor) son tres objetivos, tres obsesiones que a veces pueden no conjugar bien.

Todo espía o soldado es mejor si no tiene lazos que le frenen. O si sabe ponerle barreras.

La sospecha de Sofía, adaptación al cine por Gemma Ventura de la novela de la reciente ganadora del Premio Planeta, Paloma Sánchez-Garnica, y bajo la dirección del multipremiado Imanol Uribe (entre otros Goya al mejor director y Concha de Oro en San Sebastián), es una de esas historias donde los tres conceptos se entremezclan, con un inesperado (aunque temprano) giro de los acontecimientos.

Con un tremendo doble papel de Álex González, (Daniel y Klaus), quien nos enseña que uno debe fijarse en los detalles para diferenciar lo que aparentemente es igual, y Aura Garrido (la mujer de Daniel, Sofía) como principal víctima además de sus dos hijas, quien se ve envuelta en una continua sospecha, este filme nos atrapará desde el inicio.

Aunque, como digo, el principal giro se desvela pronto, el suspense que nos dejará pegados a la pantalla de inicio a fin está en si saldrá bien el plan de Klaus y el KGB, si Klaus terminará siendo fiel y entendiendo a Daniel o si prevalecerá la letal combinación de miedo y admiración al KGB y a la madre patria soviética.

Este thriller y drama familiar “es una película de espionaje, contraespionaje y de la búsqueda de la propia identidad que transcurre entre la España del tardo franquismo y Alemania en plena Guerra Fría», terminando con la caída del infame y terriblemente divisorio Muro de Berlín mientras escuchamos, en los títulos de crédito finales, el potente tema Puerta de Brandenburgo (Javier de Jorge Sanchez-Garnica).

Merece la pena leer los comentarios del propio Imanol Uribe sobre el filme.

<< Como pasa siempre en las películas, el desarrollo del proyecto nos ha ido poniendo a prueba a todo el equipo.

Los actores protagonistas, se han enfrentado a sus personajes por caminos nada sencillos. Alex González construye un par de personajes antagónicos. Dos gemelos, Daniel criado en la España franquista, y Klaus, educado bajo el régimen comunista del Berlín Oriental. Las secuencias en las que ambos interactúan (con gran acierto de dirección y ayuda de otro actor para los escorzos) son muy potentes. Pero además Alex construye un tercer personaje: Klaus, suplantando a Daniel ante su familia y especialmente ante su mujer.

Aura Garrido, Sofía, con mayor presencia en la novela de Paloma Sánchez Garnica, tiene que crear su personaje destilando todo lo que se ha quedado en off. Una Sofía compleja que nos muestra sutilmente todo su universo. Menos es más.

Arte y fotografía han conseguido crear espacios muy eficaces (con un excelente diseño de producción en el que nada desentona) para situar visualmente la película durante la guerra fría.

Si era difícil recrear esa época en la actual Alemania, hacerlo desde España ha supuesto un mayor reto.

Para mí, personalmente, regresar a la guerra fría, el telón de acero, el muro de Berlín y mayo del 68, acontecimiento que viví intensamente, ha sido un revulsivo. El paso del tiempo es implacable, pone las cosas en su sitio>>.

Además de un trepidante thriller, La sospecha de Sofía (disponible en cines gracias a Universal) desde este viernes 03 de octubre) es una fantástica lección de historia que debemos evitar que se repita, aunque a veces nos empeñemos en dividir frente a cooperar.

@EduVicu

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