Cortesía de Sony Pictures España
Camino a Belén es, por excelencia, EL musical navideño, para toda la familia. Una versión, en película y con una música no tan moderna, que sigue el estilo del exitoso musical de Broadway Hamilton sobre la revolución e independencia de las colonias americanas de Inglaterra.
Camino a Belén, rodada entre Alicante y Almería, trata con gran respeto el origen del Nuevo Testamento y, por ende, del cristianismo. Tiene ciertos toques de humor como buen contrapunto a la solemnidad en algunos diálogos y situaciones (el baile de los soldados del rey Herodes, encarnado por Antonio Banderas que sabe darle el tono perfecto de humor y ferocidad al tirano bíblico, o los reyes magos); en otros momentos hay licencias para buscar la complicidad del espectador de hoy, sobre todo al inicio de la duda de María sobre su casamiento -de inicio obligado por su familia como entonces era costumbre-, pero siempre desde el buen gusto.
Quizá lo más destacado sean las dudas de María y José, así como sus emotivos duetos. Y la guinda, una escena post créditos con Jesús ya niño, entrando en la preadolescencia, guiño a la buena familia con los padres ayudando a los hijos en los deberes antes de acostarles. Quizá una puerta abierta a la continuación de esta gran y eterna aventura.
A los que os gusten los musicales, Camino a Belén os hará vivir una experiencia similar a ver uno en directo, ya que la realización se asemeja mucho a una representación de cualquier gran musical hoy día.
Desde este viernes 15 de diciembre empezará a resonar Noche de Paz (cantado por un humilde pastora) en nuestras salas de cine gracias a Sony. El plan perfecto, como digo, para una tarde familiar estas vacaciones.
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