No seré original con la siguiente afirmación: también yo considero que The Wire es el mejor trabajo jamás realizado en lo que a series de televisión se refiere. El realismo y la minuciosidad de sus tramas me atrapó sin remisión, y sus personajes se ganaron un hueco inmortal en mi memoria. Uno de los más impactantes es sin duda Stringer Bell, el cerebro empresarial del imperio de la droga edificado por Avon Barksdale, interpretado por un magistral Idris Elba. Cuando tuve noticias de que la BBC preparaba una serie policíaca protagonizada por el gigantón nacido en Hackney, dicha serie avanzó instantáneamente hasta la primera posición de mi lista de visionados previstos a corto plazo. Y a buena fe que se trató de la decisión correcta.
En John Luther encontramos un caso similar al de Sarah Lund, la protagonista de The Killing: Forbrydelsen (magnífica serie danesa de la que os hablábamos recientemente http://beat4people.com/la-magia-de-sarah-lund/), un personaje alejado de convencionalismos que se convierte en motor absoluto de la obra. Absorbido por su trabajo, con una muy discutible escala ético-moral que se nos mostrará ya desde la secuencial inicial, brotes ocasionales de una agresividad acorde a su brutal físico (potenciado muy acertadamente durante toda la serie: veremos siempre a John haciendo uso de un mobiliario excesivamente pequeño e incómodo para sus dimensiones) y una tormentosa relación conyugal, Elba construye a un detective brillante en su trabajo y acosado por los problemas tanto dentro como fuera de él. Un imán para las desgracias, un investigador alérgico al uso de las armas de fuego, pese a las situaciones de peligrosidad y violencia extremas por las que le veremos navegar.
De hecho, únicamente empleará dicha tipología de armas contra sí mismo.

Por si fuera poco, ya en el primer capítulo de la primera temporada entrará en escena otro personaje fantástico, casi a la altura de nuestro protagonista. El caso inaugural nos conducirá tras los pasos de Alice Morgan (gran trabajo de una turbadora Ruth Wilson), hija de una familia brutalmente asesinada. Si discutible resulta Luther desde un punto de vista ético, qué decir de la inteligente y narcisista Alice, cuya inclasificable relación con el detective nos acompañará durante todas las temporadas. Las escenas y los diálogos compartidos por ambos personajes maravillarán a los espectadores más exigentes, que se verán entre sorprendidos y horrorizados ante la inevitable empatía que la psicótica depredadora acabará despertando en ellos.

«Crikey! Pretty close to the edge (Theo Bloom)

Closer and closer everyday. (John Luther)»

Puede que la serie pierda fuelle argumental (nunca espectacularidad) con el avance de las temporadas, pero el trabajo de Elba jamás se resiente, siempre en su salsa vistiendo el ceniciento traje del detective maldito. Si os gustó la revisión de Sherlock Holmes (también de la BBC), ya estáis tardando en entrar en el mundo de Luther: su virulenta oscuridad y magnética idiosincrasia os robarán el alma.

 

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