2017 nos viene regalando una fantástica cosecha para los aficionados al cine de terror. Tras la excepcional «Verónica», llega a las salas la nueva adaptación de «IT» (gargantuesca novela de Stephen King, con 1.200 páginas de extensión), sucesora de la miniserie de 1990.
Andrés Muschietti vulnera el recurso de ocultar el máximo tiempo posible al monstruo, para mostrarnos al suyo en una brutalmente intensa secuencia inicial en la que los dos terrores fundacionales del film desplegarán sus alas, para exhibirse en todo su esplendor: el payaso Pennywise y la brutal indiferencia de los habitantes adultos de Derry (la pequeña ciudad en la que acontece nuestra historia) perturban y sacuden al espectador ya desde los albores del metraje.
Porque ahí radica uno de los poderosos mensajes que la obra transmite, esa oda a la insensibilización ante los dramas y enormes problemas de las sociedades modernas, en las que consumimos tragedias cercanas y lejanas a través de los múltiples altavoces a nuestro alcance y corremos el riesgo de trivializar desgracias y amortiguar su impacto en cada uno de nosotros. Un fenómeno de deshumanización que potencian exponencialmente la globalización y el auge imparable de la sociedad de la información, ya en pleno siglo XXI.
Y, acompañando a ese terror subyacente, el ejecutor: un Pennywise interpretado por Bill Skarsgard y de truculenta presencia. Cada aparición del payaso o de alguno de sus globos rojos y escenificaciones corpóreas de los miedos de cada uno de los chavales protagonistas provocará escalofríos que recorrerán los cuerpos de toda la sala. Las comparecencias del bufón establecen hitos en una historia de pandilla de chavales, de veranos sin fin, gamberradas, bullying, compañerismo y primeros amores, que incluso se extiende a abusos paternofiliales. Las aventuras de los chicos casi componen otra película en sí, un oasis rodado de forma inmaculada dentro del horror que acecha sin descanso, agazapado tanto en las alcantarillas como en la condescendencia disfrazada de indiferencia de todo un pueblo.
“Eddie discovered one of his childhood’s great truths. Grownups are the real monsters, he thought.”
It (Stephen King, 1986).
El terror va de fiesta en fiesta, y en la última no falta el payaso…
Para comentar debe estar registrado.