– Lo único que interfiere con mi aprendizaje es mi educación. – Albert Einstein.
Con esta sublime y certera cita termina Radical, tras los títulos de crédito. (A veces hay películas que hacen que merezca esperar hasta que se enciendan del todo las luces de la sala). En esta ocasión la utilizo para abrir esta reseña porque resume muy bien su guion, su trama u objetivo central.
Basada en increíbles y muy positivos hechos reales, A Contracorriente Films estrena mañana viernes 15 de marzo de 2024 este necesario filme que os recomendamos encarecidamente.
Se trata de una historia “feel good”, aunque nos trate el tema de la educación en una de las zonas más humildes y violentas de México con algunos momentos crudos (pero sin recreare más de lo necesario), sin paliativos. Nos demuestra, sacándonos una sonrisa por los medios utilizados cómo, con esfuerzo y perseverancia, un buen maestro es capaz de cambiar el rumbo de los alumnos. Hacer que por sí mismos descubran qué les interesa y motiva para desarrollar todo su potencial y elegir su camino en la vida, como señala Sergio (Eugenio Derbez), el maestro y protagonista junto a sus alumnos. Porque todos ellos valen, pese a las apariencias iniciales.
Unos métodos que nos recuerdan, en versión infantil, a los usados por HIT en la estupenda serie de RTVE.
Quizá lo hayamos visto en muchas películas, (recientemente en Sala de profesores -en cines- y El suplente, ambos títulos también de A Contracorriente Films que podríamos englobar en una trilogía “para maestros”), pero en esta ocasión nos acerca el caso real de Paloma Noyola, quien la prestigiosa revista de tecnología Wired nombró como “la nueva Steve Jobs”. Una alumna muy inteligente pero tímida y algo apartada del grupo al inicio del metraje.
Con una lúcida sencillez narrativa y sólidas actuaciones, Radical aborda decisiones y temas complejos como la dificultad de mantener familias numerosas en ciertas circunstancias, el narcotráfico, elegir entre estudiar y cuidar de los padres o hermanos pequeños, y la enseñanza práctica frente al mero aprendizaje de datos solo para pasar exámenes. Todo tratado, recalco, de una forma cruda, directa, pero con un gran halo de esperanza. Si hay voluntad y perseverancia, por parte de padres, maestros y autoridades, claro.
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