Antón Álvarez, alias C Tangana, acaba de estrenar en cines (con A Contracorriente Films) otro estupendo trabajo. No se trata de un disco o videoclip con los que tan merecidamente, nos guste más o menos su estilo, arrasa en el mercado.
Esta vez es un disco hecho documental, con alma y sentimiento hasta el fondo. Alma gitana. Un documental en el que nos descubre el inmenso talento de un joven Yerai Cortés cuando Antón se lo encuentra en un tablao, con Yerai como guitarrista en un lado del escenario.
Con su música, Yerai nos va desvelando en La guitarra flamenca de Yerai Cortés poco a poco una desgarradora tragedia familiar, un hondo secreto que debe salir a la luz.
Sin embargo, lejos de ser amargo y triste es vitalista, fuerte y brillante. Tan potente como los Starlink de Elon Musk que ilumina nuestros cielos como fugaces y relampagueantes estrellas, los acordes de Yerai resonarán en nuestros oídos tiempo después de escucharlos.
Os hablo de los Starlink no como metáfora original de un servidor, sino como una deliciosa, genial sincronía (de ahí el curioso cartel del propio documental) que, como otras tantas que igualmente se muestran en el metraje, no parecen meras casualidades o coincidencias (cada vez más convencido que estas no existen).
La guitarra flamenca de Yerai Cortés es el resultado de la unión de dos potentes talentos musicales en torno a una larga conversación, una historia muy bien hilvanada que por momentos nos deja escenas rememorando míticas películas como Perros Callejeros o Yo, el Vaquilla. Un filme producido por el sello responsable de los videoclips del propio C Tangana, Little Spain y que cuenta con la participación de Yerai Cortés en la música, junto a Antón Álvarez y Harto Rodríguez. La cuidada dirección de fotografía, sobre todo en las secuencias más íntimas, donde Yerai y su entorno más se abren, estuvo a cargo de Diego Trenas, Uri Barcelona, Arnau Valls, Nauzet Gaspar y Álvar Riu. La cámara en mano con la que se nos guía hasta lo más profundo del alma de los protagonistas es otra potente herramienta narrativa muy bien aprovechada. Lo mismo que el montaje, vibrante y con cortes abruptos a negro cuando los protagonistas no pueden aguantar la emoción.
Cabe destacar, por último, que Antón Álvarez se empeñó, acertadamente, en que el sonido de los conciertos fuera natural, prácticamente en directo, con muy pocos retoques posteriores. Elaboración casi artesanal que pone la guinda a un fantástico documental que no solo nos descubre al genial Yerai Cortés sino que ensalza una importante parte de nuestro patrimonio cultural. El lado, o alma, gitana, tantas veces denostada.
Estoy convencido que La guitarra flamenca de Yerai Cortés arrancará un profundo olé al espectador tras su visionado.
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