Lamb, ganadora del premio a la originalidad en la sección Una Cierta Mirada del Festival de Cannes y estrenada con gran éxito en la pasada edición del Festival Internacional del Cine Fantástico, está dirigida por el experimentado dentro y fuera de Islandia Valdimar Jóhannsson (coguionista de esta película junto al escritor Sjón Sigurdsson).
Ambos se conocieron, a través de los productores, en el 2010. Valdimar destaca la gran labor de Sjón, a quien le gustan las mismas cosas que a él, gracias a lo que se llegaron a conocer muy bien, desarrollando Lamb <<en un proceso lento y orgánico>>, en palabras del director.
La inspiración, antes de conocer a Sjón, es autobiográfica. Según cuenta Valdimar, << la fuerza y la determinación de María están inspiradas en mi abuela, que acaba de fallecer. Ella y mi abuelo tenían una granja de ovejas y tuvieron cinco hijos, todos nacidos en un periodo de ocho años. En su granja no había división del trabajo entre hombres y mujeres. Lo hacían todo juntos, desde arreglar la maquinaria hasta limpiar y cocinar las cenas. La vida en la granja no siempre era fácil, pero mi abuela nunca dejaba que nada rompiera su espíritu>>.
Nos trae una mirada al tierno pero no exento de dificultades sentimiento de la maternidad envuelto en una atmosfera de terror fantástico. Un relato que nos recuerda, por la factura y la narrativa audiovisual, a The Witch, película del mismo estudio A24, que al equipo de Beat4people nos pareció una joya.
Todo empieza cuando una aparentemente feliz y solitaria pareja, María (Noomi Rapace) e Ingvar (Hilmir Snær) sin más preocupaciones que su apartada granja en Islandia, se encuentra con que un extraño recién nacido.
Deciden criarlo y educarlo como el hijo que no tienen, formando una feliz familia, hasta que la llegada del problemático hermano de Ingvar, Pétur (Björn Hlynur Haraldsson). A partir de ahí, los acontecimientos empiezan a sucederse, y “la naturaleza tendrá la última palabra”.
Lo señala el propio Valdimar. << Sin la naturaleza, la humanidad no existe. En mi opinión, la naturaleza no es sólo lo que vemos, sino también lo que sentimos, y por tanto está profundamente conectada con lo sobrenatural. La naturaleza no puede predecirse ni controlarse, y nosotros, los humanos, somos bastante frágiles, débiles y dependientes, como hemos experimentado en 2020. Siempre estamos sometidos a fuerzas que escapan a nuestro control, tanto en la realidad cotidiana como en la sobrenatural de cada día. La pérdida y la tragedia nunca están lejos. En un mundo en el que casi todo se puede conseguir, no debemos olvidar que no podemos luchar contra la naturaleza, y que no podemos escapar de nuestro destino>>.
Jóhannsson nos muestra todos los momentos felices, pero también los esfuerzos y problemas que supone tener hijos, sin entorpecer el relato, haciéndonos asumir, con una sonrisa, algo imposible.
La relación entre Pétur y la familia, sobre todo con la extraña criatura, que va tornándose intensa según avanza el metraje, es un eje esencial en el filme, del que poco más se puede decir para no destripar la obra. Conviene que el espectador vaya lo más virgen posible, para que disfrute y vaya desvelando el halo de misterio que envuelve esta historia perteneciente al que he denominado como “género fantasterror”, ya que navega entre ambos géneros, el fantástico con pinceladas de terror.
Un magnífico trío actoral, junto a las herramientas narrativas, especialmente el predominante pausado pero inquietante ritmo, y la fotografía mostrando los espectaculares (y fríos) paisajes islandeses, hacen recomendable esta película, que seguramente quedará como una de las mejores este 2021, año de la vuelta al cine. Una obra de esas que hay que recomendar sin hablar de ella.
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