Tras la firma de colaboración judicial y policial entre Corea y Filipinas para la captura y extradición de delincuentes coreanos, se ejecuta un primer traslado aéreo de presos.
Pero una venganza inesperada de un civil contra uno de los presos provoca el caos en la operación una vez aterrizados en la península coreana, lo que hará cambiar los planes años después, para una segunda entrega.
Ahora se hará por mar, en un carguero altamente custodiado desde dentro, con agentes armados y con más de diez años de experiencia, y desde fuera, en una sala de control marítimo.
Sin embargo, una serie de tramas ocultas provocarán una sangrienta revuelta en la que se cruzan letales odios y rencillas pasadas que nos mantendrán en alta tensión a lo largo de todo el filme, dirigido con buen acierto por Kim Hong-sun y merecidamente premiada con el Premio Especial del Jurado en el Festival de Sitges, (destacando sus efectos especiales, visuales y de maquillaje) entre otros premios recibidos (Terror Molins y Festival Isla Calavera).
Lo que parecía una segura aunque peligrosa travesía se convierte en un “sálvese quien pueda”. Un viaje no apto para cardiacos pero con buena dosis de sangre, fuego y algo de artes marciales en frenéticas luchas cuerpo a cuerpo mientras el espectador trata de averiguar la identidad y el por qué detrás de todo lo que ocurre. Un viaje que, en España, comienza este viernes 17 de febrero en cines.
Están tan bien creados los personajes protagonistas de Project Wolf Hunting (nombre no tan ridículo como uno de los agentes responsables de custodiar el buque comenta) que deseamos que hasta al más peligroso de todos los reos les salgan bien los planes. Que sobreviva y alcance su objetivo (que iremos vislumbrando y entendiendo a lo largo del metraje, casi al final).
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