Pese a su inicial paso de puntillas por la taquilla, y a las reacciones dispares del público en las principales plataformas de análisis firmados por espectadores, críticos y Academia (nominada al Oscar a Mejor Película, momento en que sus números de recaudación en las salas repuntaron) celebraron como se merece el debut de Greta Gerwig en la dirección. Que no en el gremio, pues la californiana de 34 años había codirigido previamente Nights And Weeks junto a Joe Swanberg.

Con evidentes trazos autobiográficos (la directora también creció en Sacramento, y se trasladó a Nueva York para iniciar sus estudios universitarios), Gerwig nos invita en Lady Bird a emprender el viaje de una adolescente desde la rebeldía propia de la ebullición hormonal hasta la más sincera y sentida de las gratitudes, salpicada por carnavales vitales en los que elegir disfraz para pretender aparentar algo que no somos, además de las primeras experiencias sexuales.

Construida desde el trabajo de un excelente reparto y la solidez inquebrantable de su guión, con el soporte ocasional de bellos planos que muestran esa California tan alejada del espíritu costero de los Bee Gees, la obra orbita constantemente en torno al duelo emocional entre una hija soñadora y ambiciosa en la vertiente más vital del término, imbuida de un poderoso motor que la empuja a extender sus alas con el irrenunciable objetivo de volar lejos de Sacramento. Al otro lado del metafórico ring, una madre abonada al pragmatismo más exacerbado, cuyo terco realismo y amor incondicional son doble asidero para sacar adelante a una familia a base de doblar turnos como enfermera.

Fotografía: guddi.com

Con el depresivo padre (aliado de su hija desde la clandestinidad) como bondadoso contrapunto a la tensión creciente entre ambas, el humor más inteligente y mordaz será una constante en pleno desfile de brillantes secundarios que danzarán alrededor del enfrentamiento que vertebra la historia.

«Being successful doesn’t mean anything in and of itself. It just means that you’re successful. But that doesn’t mean that you’re happy.»

Desde aquí recomendamos acudir a las salas de cine, para despegar los pies del suelo y surcar los cielos acompañando a Christine «Lady Bird» McPherson. Un delicioso vuelo audiovisual de 94 minutos de duración.

@Juanlu_num7



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Experto en nada, imperfecto en todo y algo quijotesco. He visto cosas que vosotros no creeríais, así que trataré de contároslas...

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