Con alegría se pasa el día
llega la noche y no hay reproches
los ojos pardos de los guepardos
van traspasando como los dardos
el aire negro que inunda el lago.
Sus habitantes son bichos raros
negras escamas y dientes largos
vacíos ojos que inundados
buscan en vano salir del lago.
Feliz aquel que como él
tiene dos horas para comer.
Oye muñeca no me interesa
mirar tus muslos bajo la mesa.
Para comentar debe estar registrado.