Si escribir un relato o, como en este caso, una crónica siempre es difícil, hay ocasiones como la que aquí nos atañe que se convierte en una tarea sumamente titánica. Transmitir la alegría y la brillantez contenidas en Los Rodríguez y el Más Allá no es fácil, ni todo lo que se pueda decir suficiente.
Para empezar, hay que dar la enhorabuena al equipo técnico y artístico por la valentía de enfrentarse a una comedia para toda la familia con un gran nivel de producción y un guion que, si en una primera lectura puede parecer extraña y excesivamente absurda ha resultado ser una historia llena de guiños a grandes escritores de fantasía y ciencia ficción. Por ejemplo, Roald Dahl (Charlie y la Fábrica de Chocolate, cuando el genial Eduardo Gómez, en el ascensor de una base militar extraterrestre, desea “que disfruten del tour los premiados por unas galletitas”) o Ray Bradbury y la interconexión con otros mundos. Solo que en Los Rodríguez y el Más Allá se cambia Marte por Maktub, un planeta muy relacionado con Paco Arango (quien interpreta a uno de sus dirigentes). Otra bonita referencia, un singular homenaje o guiño, es la mexicana Coco, sobre la festividad de los Muertos, (siendo toda una extraordinaria casualidad no planeada, por cierto, que Los Rodríguez y el Más Allá se estrene justo el 31 de octubre).
Una aventura espacial, y muy especial, que, además de hacernos pasar un buen rato, nos demuestra cómo cada niño tiene un superpoder. La franca sonrisa, pase lo que pase; la positividad ante las adversidades; el coraje para hacer frente a las mismas; la sincera amistad y la imaginación son las habilidades de ese super poder. Habilidades que, por desgracia, como adultos vamos perdiendo en mayor o menor medida.
Nico Rodríguez y su inseparable amigo Edu, sin ser los protagonistas absolutos (el elenco entero, entre los rostros más conocidos y los menos, sin duda es otro de los alicientes para ir a ver la película), sí son el eje de la historia. Nico incluso es el narrador y quien, con su desparpajo y arrojo, guiado por su intuición y las ganas de vivir una aventura, desencadena todo.
En toda película son tres factores que, juntos o por separado, influyen a la hora de elegir si ver o no un filme. La historia, (el ritmo narrativo); los actores, (más el director, en determinados casos) y el nivel de producción y calidad de imagen (fotografía, efectos visuales, etc.).
Los Rodriguez y el Más Allá merece el sobresaliente en los tres. Tiene un elevado nivel de producción, pocas veces visto en una comedia. Los actores sacan todo lo mejor de sí mismos metiendo cosas de su propia cosecha, como Edu Soto interpretando al padre de la familia Rodríguez, Mariana Treviño o los debutantes Ninton Sánchez, (Teo, el fiel ayudante del padre), Rodrigo Simón y Lucas Laso , los dos inseparables amigos y vecinos.
Gracias Paco por seguir haciendo un cine mágico y tan especial como Maktub y The Healer (Lo que de verdad importa), casi a contra corriente de lo que abunda en las pantallas, pequeñas y grandes, hoy en día. Y gracias sobre todo por dedicar, todo o buena parte de la recaudación, a distintas causas solidarias. En este caso, una vez más a la Fundación Aladina, que él mismo preside con gran entusiasmo y una vitalidad ejemplar.
Espero haber quedado a la altura hablando sobre la emotiva, divertida y solidaria obra del “Súper humano” Paco Arango, Los Rodríguez y el Más Allá, y que disfrutéis tanto al verla como un servidor, que volvió a ser un niño durante su visionado.
Para comentar debe estar registrado.