Hace un año, con motivo del estreno norteamericano de su adaptación a serie en la plataforma Hulu (cancelada tras su primera temporada), Alta Fidelidad volvía a situarse bajo los inclementes focos de la rabiosa actualidad. Y la furia revisionista se abalanzó sobre su traslación al cine, con las garras preparadas en posición de ataque.
Stephen Frears dirigió una ejemplar adaptación de la novela original de Nick Hornby, extremadamente fiel al material original pese al pequeño/gran cambio del traslado de la acción de Londres a Chicago. Y el gran desafío al que se enfrentaron director y guionistas fue el de formular en formato cinematográfico las constantes reflexiones internas dirigidas al lector que el personaje de Rob llevaba a cabo en las páginas. La solución elegida, romper una y otra vez la cuarta pared para que el protagonista se dirija directamente al espectador, no era novedosa (El club de la lucha, por poner un ejemplo, se había estrenado un año antes), pero sigue funcionando como un tiro 21 años después.
John Cusak (nominado a los Globos de Oro como mejor actor en comedia y musical) soporta con enorme solvencia gran parte del peso de la trama en un trabajo elogiado en su día por el propio Hornby, acompañado de un buen elenco de secundarios (Iben Hjejle, Jack Black, Todd Louiso, Tim Robbins, Lisa Bonet, Catherine Zeta-Jones…) y una banda sonora magistral en su elección de temas antológicos.
Porque la música es parte intrínseca tanto de la novela como, evidentemente, de la película que nos ocupa. Ejerce de camino de baldosas amarillas en nuestro viaje por el pasado y presente del transitar vital de un tipo aquejado de una alergia patológica (y patética) al compromiso. The Velvet Underground, Elvis Costello, Bob Dylan, The Kinks, Belle and Sebastian… un listado interminable, culminado por la genial interpretación que Jack Black nos regala del Let´s get it on de Marvin Gaye.
Una obra a la que toda una generación guardamos un cariño especial y que no merece el juicio sumarísimo de magistrad@s improvisad@s en pleno 2021, que se creen autolegitimad@s para formular y aplicar sentencias inapelables.
@Juanlu_num7
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