Esa es la tesitura en la que se encuentra en Tiburón a la vista Maja, una guardacostas francesa, muy celosa de su trabajo, a punto de jubilarse, interpretada por Marina Foïs (quien ya nos deleitó con As bestas) y los ganadores del César Kad Merad (“¡Va por nosotras!”) y Jean-Pascal Zadi (“Fumar provoca tos»).
Este filme, que llega acertadamente en los prolegómenos del verano a nuestros cines este viernes 19 de mayo gracias a A Contracorriente Films, está dirigido por los hermanos Ludovic y Zoran Boukherma, tras su paso por el Festival de Sitges, el Fantastic Fest 2022 y el FANT Film Fest de Bilbao, donde ganó el premio al Mejor largometraje.
Maja, ignorando a su marido, deseoso de compartir la vida de jubilado con su mujer, sus compañeros y a su superior, hará todo lo posible para anteponer su deber frente a su inminente retiro. No puede pensar en disfrutar la vida con un caso entre manos, siendo la seguridad de los bañistas que surfean y nadan en sus aguas su responsabilidad.
El thriller, como ya sucede desde la mítica película de Tiburón (Steven Spielberg), de la que sin duda los hermanos Boukherma toman algunos elementos tanto narrativos como visuales, está servido. Pero un thriller, como sucede en la vida real (y en esto son especialistas los franceses), tintado puntualmente con la comedia, en parte por las bromas que los compañeros le gastan a Maja durante sus últimos días en el cuerpo; por la radio, inteligente hilo conductor de la historia (al menos descriptivo de lo que va sucediendo en esa paradisiaca región), pero sobre todo por las situaciones surrealistas surgidas por las escaramuzas que Maja y algunos leales a ella llevan a cabo para salvar la bahía del tiburón. Situaciones que pueden parecer exageradas hasta que te das cuenta de que la realidad puede superar la ficción.
Y si a esto le añadimos la sutil reflexión para hacernos después del visionado, sobre por qué de repente hay tiburones donde jamás antes había, (escasez de pesca para los propios tiburones, cambio de las corrientes y temperaturas, etc.), tenemos una película recomendable para disfrutar en la gran pantalla, con una acertada duración, sin estridencias, sin subtramas excesivamente alargadas ni elementos pretenciosos.
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