Pasada ya más de una semana del estreno del octavo y último capítulo de la primera temporada de Alien Earth, es momento de dejaros nuestra crítica general. Como sabéis comenzamos subiendo valoraciones al canal de los primeros capítulos de la serie hasta el quinto, el mejor de todos para el que escribe (y que tan perfectamente podría funcionar como una gran pieza autónoma dentro de la franquicia Alien), pero a partir de ahí mis sensaciones en torno al producto se agriaron. Y el problema no fue tanto el protagonismo claramente residual del xenomorfo que da título a la serie (aunque duele y mucho verle reducido al rol de letal mascota al servicio de Wendy), sino el desinterés y el hastío que acaban generando los verdaderos protagonistas del show: el grupo de híbridos bisoños que conforman una suerte de niños perdidos.
La falta de mimo y trabajo que denotan sus arcos de personaje acaba fijando el foco en secundarios mucho más interesantes como el megalómano Kavalier (villano real de la función, que pierde el control de la situación pero se muestra reconfortado desde el orgullo que únicamente un creador puede llegar a sentir por su obra), Kirsh (el sintético brillantemente interpretado por un Timothy Olyphant al que le sobra carisma) o Morrow (el otro sintético, excelente trabajo también de Babou Ceesay). Y eso, la debilidad de un engranaje vertebral en el guion, es una piedra muy importante en el camino.
La sobresaliente factura visual, con un fenomenal diseño de producción y un acertadísimo equilibrio en el uso de efectos prácticos y digitales, es una fortaleza que invita a seguir viendo la serie hasta el final. Tremendo acierto el de contar con un actor de carne y hueso (el especialista Cameron Brown) bajo el disfraz del xenomorfo de 8 pies de altura, detalle que dispara la verosimilitud de algunas de las escenas más impactantes de la temporada. Nunca nos cansaremos de reivindicar la importancia que unos buenos efectos prácticos tienen en la vida presente (y, sobre todo, futura) de cualquier producto de ciencia ficción o fantasía.
Aún pendientes de la confirmación oficial de una segunda temporada, hecho que daría algo de sentido a un final tan anticlimático, Alien Earth es una serie de grandes ideas lastradas por la llamativa pobreza de ingenio a la hora de ejecutarlas.
Mucho ruido y pocos Aliens.
@Juanlu_num7
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