Recientemente acabo de terminar de ver, en Netflix, esta serie anime, adaptación del homónimo manga japonés cuyo título a muchos os sonará a una de las canciones, igualmente homónima, de Muse. Os recomiendo esta serie por dos razones.
La primera, su excelente factura artística, un espectáculo visual que hará las delicias de los amantes de las aventuras espaciales, independientemente del género anime.
La segunda razón y para mí más relevante, la historia. Por lo que subyace en un guion bajo la lucha por la supervivencia de la Humanidad, (un aldabonazo cada vez más necesario a nuestras conciencias): todo un muestrario de coraje, lealtad, descubrir el primer amor, quizá eterno a pesar de imposible, y superación personal.
La sempiterna transformación de un joven criado y entrenado por su abuelo en “el subsuelo” de Sidonia, Nagate Tanikaze, quien, quedándose completamente solo se ve obligado a robar comida hasta su transformación en el héroe, humilde y sin olvidar sus orígenes, que lleva sobre sus hombros el destino de los humanos.
Unos humanos que, salvo el propio Tanikaze por haber permanecido tanto tiempo en las profundidades de los bajos fondos, son capaces de hacer la fotosíntesis para alimentarse y ahorrar alimentos.
Volviendo al tema del amor, digo “quizá” (y aquí advierto de “spoilers”), porque desconozco la obra original, (sin duda voy a leerla) y si en la anunciada película en la que continuará la trama desvelarán algo más sobre esta relación sentimental entre el héroe, Nagate Tanikaze, y la cadete Shizuka Hoshijiro, quien continuamente ira apareciendo, tras su aparente muerte, reconvertida en el enemigo principal, a los ojos de Tanikaze haciéndole tomar dolorosas decisiones entre lo que éste siente y su deber. Sentimientos que debe contraponer, como todo héroe, frente al honor y la lealtad a su gente. A Sidonia, nave y refugio de uno de los pocos núcleos humanos supervivientes, vagando, como dice la potente cabecera de la serie, valerosamente por las estrellas entre la vida y la muerte, aceptando con coraje plantar cara a las adversidades que se les presenten.
Cada generación tiene sus héroes. Los Caballeros de Sidonia, con Tanikaze al frente, son los de esta generación de la segunda década del siglo XXI, si bien todos, podemos disfrutar esta serie y, dependiendo de la edad y experiencia vital que tengamos, extraer distintas enseñanzas.
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