Con este título, «celebremos la Vida» intento escribir una breve reseña de Unzué. El último equipo de Juancar (Unzué. L’últim equip del Juancar). No es cosecha propia, sino que lo rescato del emotivo, emocionante, reflexivo y muy significativo coloquio con el que se presentó, en el Hospital de Campanya Sta Anna durante el pasado BCN Film Festival, este documental.
Pero poco más puedo decir que no diga, valiente, con gran serenidad ejemplar, una felicidad y con toda una positiva declaración de intenciones que no nos diga Juancar.
Como les dice, entre otros consejos y palabras de ánimo, a los jóvenes sin recursos que forman el equipo de fútbol sala Atlètic Missatgers de la Pau, (presentes en el coloquio) la empatía, la fuerza de formar un equipo y ayudarse, protegerse unos a otros, es lo más importante. Saber tener crítica, autocrítica, en la victoria y animarse en la derrota (porque cuando se gana hay fallos y cuando se pierde hay aciertos) es otro de los grandes mensajes que en este coloquio, que recomiendo ver además del documental, nos deja para la posteridad Juan Carlos Unzué. Un líder, un luchador, un héroe. Pero sobre todo, un ejemplo a seguir.
Hacer visible esta enfermedad y recabar fondos para investigarla, provocar que aportemos nuestro granito de arena, en lo económico pero también con otras acciones, como el acompañamiento a los que la sufren (muchos sin tantos recursos como el propio Juancar) es fundamental.
En este último partido, en el Camp Nou el pasado mes de agosto ante más de 91.000 espectadores, se recaudó para estos fines 4,3M de euros, una cifra récord.
Ahora, ya en cines gracias a A Contracorriente Films, nos llega este documental en el que no solo se nos muestra cómo Juancar trabajó con su enorme vitalidad (da envidia sana oírle hablar y motivarnos) logró que se jugara este histórico partido sino que también nos abre literalmente las puertas de su casa, enseñando la evolución de su degeneración física. Se trata de un proyecto que surgió en el departamento de deportes de Televisión de Catalunya para dar voz a Juan Carlos y a los afectados por la enfermedad y sus familias. Una vibrante película documental dirigida con gran sensibilidad por Xavier Torres, Santi Padró y Jesús Muñoz, se presentó en la 26ª edición del Festival de Málaga.
Toda una celebración de la vida de alguien que, lejos de venirse abajo como sería lo normal, afronta el ELA como un reto más con la misma actitud positiva que siempre, según los que le han conocido, dicen que ha tenido. Reconociendo la profunda admiración y amor renovado a María, su mujer, por cómo se entrega a cuidarle en todo lo que necesite, así como a sus hijos. Nos da también el ánimo de acercarnos, casi obligándonos como el profesor que pone deberes, a aquella persona, familiar o amigo, que sufre una enfermedad como el ELA o el cáncer, o simplemente porque lo necesita, aunque no sepamos que decirle. Arroparle es casi lo más importante para hacerle sentirle mejor.
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