El “no-periodista” (como le denominan errónea o maliciosamente algunos medios) y YouTuber Carles Tamayo acaba de estrenar, de la mano de la prestigiosa productora Bambú Producciones Cómo cazar a un monstruo.

En Beat4people hemos alabado en no pocas ocasiones el documental como potente herramienta educativa, al permitir mostrar obras y vidas de artistas o episodios históricos de gran interés humano.

Pero el documental, y más en los últimos años, es también un interesante vehículo para los sucesos, la crónica negra que tanto nos asusta y atrae por igual.

Cómo cazar a un monstruo, (tres episodios en Amazon Prime Video), es un buen ejemplo como otros de Bambú Producciones (El caso Asunta). Pero va más lejos.

Carles, con su buen hacer y estilo inconfundible, vuelve a recopilar pacientemente, con Ramón Campos como coguionista y la ayuda de colaboradores, valiosos testimonios que aportan pruebas, permitiendo poner en manos de la justicia un depravado monstruo que no es capaz de reconocer el daño a tantas víctimas de acoso sexual.

De nuevo, Carles Tamayo no duda en poner el periodismo al servicio de la justicia, del bien social, aun a costa de que le insulten por desvelar o traicionar confidentes, (en este caso el acusado, Lluis Gros). Y eso que, como dice el propio Carles al inicio, nunca fue su intención lavar la imagen de Lluis sino darle la oportunidad de pedir perdón y explicar sus motivaciones, sus problemas.

Con un vibrante ritmo, especialmente los minutos finales donde se muestra “la emboscada” al monstruo con la participación de los Mossos d’ Esquadra, Carles nos vuelve a atrapar con su ingenio. Desde su casa-barco, con más medios que en sus anteriores trabajos gracias a la esperemos que larga y fructífera colaboración con Bambú Producciones, pero ataviado con su insigne gorra y camisa a cuadros (tampoco falta la camiseta de las Olimpiadas de Barcelona 92, otra de sus señas identitarias) monta un operativo digno de la mejor agencia de detectives.

Todo ello a pesar de que Lluis Gros era todo un referente para el propio Carles, lo que le da más mérito si cabe. Afortunadamente, el ego de este criminal fue su caída. Nadie tiene impunidad, sea quien sea, y la justicia, inexorablemente (aunque de forma quizá desesperadamente lenta), siempre cae sobre los malvados.

@EduVicu

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