He de reconocer que la primera sensación que experimenté en el momento de conocer la noticia de que el proyecto de serie inspirada en la obra maestra de los Coen saldría adelante por fin (los borradores llevaban circulando y reescribiéndose desde 1997, un año después del estreno de la película) fue de temor. Un miedo visceral, ante la posibilidad de que se alumbrara un producto menor que pudiera mancillar el legado de uno de mis 3 filmes favoritos de siempre. Con todo, la curiosidad se impuso en el momento del estreno, y las noticias previas no hacían más que pregonar el amor que el equipo implicado profesaba a la obra referente. Además, Martin Freeman y Billy Bob Thornton formaban parte de cast…
No vamos a extendernos mucho hablando de «Fargo» (1996, Joel y Ethan Coen) aquí, no es lo que toca. Únicamente estableceremos como premisa lo terriblemente difícil que es replicar esa mezcla de patetismo y maquiavelismo (salpicados de palurdismo) que emanan la mayor parte de sus personajes, ese humor negro y macabro tan característico de los hermanos. Logros tan maravillosos como el que la pareja de matarifes psicóticos de la historia cumplan también el rol de dúo humorístico no están al alcance de cualquiera.
Y la sensación ya desde el primer momento es que la 1ª temporada de la serie puede mirar a la cara a la película, con orgullo y sin complejos. Y buena parte de culpa la tiene el excelente trabajo de los dos actores mencionados en el párrafo de introducción, en especial el de un monumental Thornton.
Lorne Malvo, el asesino a sueldo que encarna Billy Bob, es desde ya uno de los «malos» más memorables que servidor ha tenido el placer de disfrutar. Malvo es el mal personificado, un demonio inteligente cuyo único fin es el de sesgar vidas ajenas con precisión milimétrica, disfrutando lo máximo posible del proceso. Para él no existen reglas, ni leyes, ni remordimientos: únicamente presas. Camaleónico, capaz de actuar con el mayor estruendo, dejarse capturar y desaparecer sin dejar rastro, su curiosa relación con Lester Nygaard será el hilo conductor de la trama.
Porque no sólo de Malvo vive «Fargo». Nygaard, el patético vendedor de seguros, es la revisión del Jerry Lundegaard magníficamente interpretado por William H. Macy en la película. Ninguneado y vapuleado (física y moralmente) por todos los que le rodean, la evolución experimentada por Lester capítulo tras capítulo es otra de las grandes perlas de la serie. Gran trabajo del siempre solvente Freeman.
Y la tercera pata de la obra la hallaremos en otro personaje que supone la revisión de uno del film original. La detective Molly Solverson (interpretada por Allison Tolman) presenta muchos vasos comunicantes con la inolvidable Marge Gunderson, la jefa de policía que llevó en volandas hacia el Óscar a Frances McDormand. Investigadora de raza e instinto, retomando el sendero de su padre, Solverson será desde (casi) el principio de la historia el único y solitario foco de sagacidad del equipo encargado de desentrañar el misterio de los asesinatos que se amontonan en la nieve, luchando contra el torpe pero entrañable jeje de policía construido por Bob Odenkirk (el Saúl Goodman de «Breaking Bad»).
Añadamos al cóctel un buen elenco de secundarios, una maravillosa fotografía y un guión repleto de giros y sorpresas inesperadas, y obtendremos una maravilla de visionado obligado, más ahora que empezamos a recibir los avances de su 2ª temporada.
Ya desde su cabecera («basada en hechos reales…»), pasando por su constante humor negro y sus numerosos guiños a la obra original, la serie es consciente de su naturaleza de homenaje, y cumple su cometido con creces. Legado salvaguardado, trabajo maravilloso.
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