«Dreams are the way we touch the unseen world.»
Un asesinato sencillo, acompañado de un aluvión de pruebas concluyentes que facilitan sobremanera la investigación policial, se torna en irresoluble ante la posterior e imparable cascada de evidencias antagónicas e igualmente rotundas, y acaba de la peor manera posible para el acusado. El tramo inicial de The Outsider (El Visitante) plantea una minuciosa investigación, acompañada de dramas familiares y de ese retrato de una pequeña comunidad que tanto interesan a Stephen King. Richard Price ofrece un gran trabajo de adaptación de la novela original, algo nada sorprendente tratándose del tipo que escribió The Wire junto a David Simon, y Jason Bateman (que también encarna a Terry Maitland, el acusado, y ejerce de productor de la serie) dirige los dos primeros capítulos, haciendo gala de un gusto exquisito en la elección y ejecución de planos además de una atinada labor en la dirección de actores.
El ritmo pausado y sosegado, recreándose en la precisión narrativa, inicia la transición de la serie hacia lo sobrenatural y terrorífico con la aparición del personaje de Holly Gibney (interpretada por Cynthia Erivo). Y dicho proceso tensionará al máximo los pilares racionales de Ralph Anderson, el detective magníficamente encarnado por Ben Mendelsohn, que se verá obligado a afrontar el mayor de los desafíos: el de buscar soluciones más allá del orden natural de las cosas.
«A human being cannot exist in two realities at the same time.»
Desde la magnífica Carrie (Brian De Palma, 1976) el flujo de adaptaciones a cine y televisión de novelas escritas por Stephen King ha sido constante y de calidad desigual. Con todo, existe un ramillete de ellas (la propia Carrie, The Shining, Dead Zone, Misery, Stand By Me…) de alto nivel, y The Outsider forma desde ya parte de este selecto grupo.
Una de las grandes sorpresas catódicas de 2020.
@Juanlu_num7
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