El título de esta reseña bien puede resumir la película del famoso videojuego de PlayStation, Uncharted, que hoy viernes Sony trae a nuestras pantallas.
Se trata de una actualizada, o cuanto menos diferente, versión de Indiana Jones, en la que el coprotagonista Tom Holland (Nate Drake), junto a Mark Whalberg (Victor Sullivan), y los villanos Antonio Banderas (Moncada) y Tati Gabrielle (Braddock), nos recuerda un poco al personaje de Spider-Man. Un superhéroe sin máscara ni telas de araña, pero al fin y al cabo, aventurero y con el mismo sentido del honor. Y con los toques de humor, característicos, que más de una vez nos sacan una sonrisa o incluso una carcajada.
Uncharted tiene ese ritmo frenético y toques visuales, incluidas unas transiciones animadas entre localizaciones (simulando mapas o pantallas del juego) que nos recuerda que se basa en un videojuego. Un ritmo que nos atrapa hasta el final, a la vez que nos enseña fantásticos y ocultos sitios de Barcelona y las Islas Filipinas, puntos clave de la expedición de Magallanes y Juan Sebastián El Cano, (de «los infames 18», como mal que nos pese llaman a los heroicos supervivientes de esta hazaña).
Salvando, al menos para mí, las distancias, recuerda un poco también a los Goonies, por la búsqueda de un inmenso tesoro y las carabelas de antaño, a lo que hay que añadir unos enfrentamientos tipo piratas, con abordaje incluido, visualmente muy logrados.
Por lo visto en la secuencia post créditos, las andanzas entre el cazatesoros, que no pirata, Drake, y su “padrino” o mentor Sullivan, (otro parecido a Spider-Man), tiene pinta de continuar para largo. Con esta primera entrega, el entretenimiento está servido, tanto para los aficionados a la saga de videojuegos como, en mí caso, los neófitos.
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