Puede parecer que a veces es difícil cumplir un sueño, pero la vida siempre, sobre todo para el que sepa buscarlas, termina dándonos oportunidades para ello. Ya sea por hechos generadas por uno mismo, por carambolas del destino o a través de terceros.
En el caso de Mi otro Jon, es por la ciencia (y magia). Esa magia que desprenden todas las películas, y todo lo que crea Paco Arango. Por algo el emblema de la Fundación Aladina, de la que Paco es alma mater, es la lámpara del carismático genio.
Digo que en Mi otro Jon es la ciencia la que da la oportunidad de cumplir sueños porque gracias a un experimento, Merche (Carmen Maura) podrá despedirse de sus tres mejores amigas, (Marisol Ayuso, María José Alfonso y María Luisa Merlo), ayudándolas a cumplir sus sueños imposibles, incluyendo el suyo: ver el mar por última vez en un viaje junto a su hija (Olivia Molina).
Este viaje a las Islas Canarias de madre e hija es posible, pese a la delicada salud de la madre, gracias a una inteligentísima pero excéntrica científica, (Aitana Sánchez-Gijón), que en un experimento clandestino introduce durante tres días su alma en el cuerpo de un camionero vasco fallecido, (Fernando Albizu).
Tanto en el cumplimiento del sueño de sus amigas como sobre todo en el suyo propio, el espectador será testigo de rocambolescas y muy divertidas situaciones.
Junto a la profunda emoción de despedida entre madre e hija, la risa está garantizada de principio a fin en una lúcida, vitalista película con mucho ritmo y mucho colorido.
Carcajadas que alimentan sonrisas, ya que, al igual que en las anteriores películas de Paco Arango, Mi otro Jon es cien por cien benéfica a favor de la Fundación Aladina en su constante apoyo a los niños y adolescentes con cáncer, así como sus familiares.
Por si esto fuera poco, un reparto coral con maravillosas actuaciones de los protagonistas y secundarios hacen de Mi otro Jon un filme más que recomendable para ver en cines a partir de este viernes 20 de octubre gracias a Wanda Visión.
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