Ayer jueves 18 de abril de 2024 asistimos a la gala de apertura de la 8ª edición del cada vez más prestigioso festival de cine de Barcelona, el BCN Film Fest (en el enlace tenéis todo el programa y un amplio resumen de la gala). Una edición donde los protagonistas internacionales son Meg Ryan (Lo que sucede después) y el director Richard Linklater, con su nueva película, Hit Man, (2023) como película de clausura.

Entre medias, una estupenda retrospectiva de Yasujirô Ozu, (Imprescindibles, disponibles en acontra+) documentales (sección Art al Cinema).

Casa en Flames 

Después se proyectó la película inaugural, Casa en Flames, de Dani de la Orden (escrita por Eduard Sola, guionista habitual de Dani de la Orden). Dani es un director que, como pocos hoy día, saben hacer tragicomedias a la perfección. Llevar al espectador en una montaña rusa de emociones, entre la risa y la lágrima, continuamente. Es verdad que el estupendo reparto (Emma Vilarasau, Enric Auquer, Maria Rodríguez Soto, Alberto San Juan, Clara Segura, Jose Pérez-Ocaña, Macarena García) ayuda, pero el ritmo, la trama, el entorno (aunque suene a cliché, es un personaje más) y la fotografía hacen de esta película una entretenida, reflexiva y emotiva película. Es de esas en la que como espectador sabes más que algunos personajes y lo que va a pasar, o crees saberlo, pero no cuando va «a saltar la liebre» ni las consecuencias finales.

 

Viernes 19 de abril de 2024

Abrimos la jornada con Escanyapobres, un filme valenciano que contiene todos los ingredientes de un buen western: tensión, polvo, sangre, supervivencia entre tierras áridas, minas y muchos sueños. Algunos se difuminarán como el humo de la locomotora recién inaugurada, otros caerán en el olvido y pocos triunfarán a un elevado coste. Ibai Abad ha sabido jugar muy bien con los elementos fílmicos propios del género, sobre todo las luces y sombras de una sombría y dura época.

Los intérpretes Àkex Brendemühl, Mireia Vilapuig, Laura Conejero, Quim Àvila y la colaboración de Juli Mira dan mucha credibilidad a la historia de supervivencia y búsqueda, cada uno a su manera y sin ser del todo villanos o héroes, de la felicidad.

Terminamos la mañana, (y por hoy la jornada), con una película romántica, entre la comedia, el erotismo y la reflexión entre el sentimiento de amor y la atracción. Simple como Sylvaine, entre el frío canadiense y las pasiones desatadas, con distintos tipos de parejas y formas de entender el amor y las relaciones, es una recomendación para todos los que busquéis en la gran pantalla historias románticas y, como Sophie, profesora de Filosofía, busquéis algo más que os llene. Divertida, con tacto y buen gusto, este filme de Monia Chokri que no compite en la Sección Oficial pero sí forma parte, acertadamente, del festival en la sección Cinema amb Gracia.

Sábado 20 de abril de 2024

Reanudamos este cinéfilo cuaderno de bitácora con La Casa, de un prometedor Alex Montoya, quien ya diera que hablar con Lucas. La Casa, sin caer en la lágrima fácil, nos lleva a través de la reunión de tres hermanos, sus respectivas parejas e hijas en la casa de verano de sus padres con la intención de arreglarla y ponerla a la venta. Pero los recuerdos irán surgiendo en cada rincón. Las tensiones también irán aflorando en esta montaña rusa de emociones, entre lágrimas y sonrisas, de un filme con la duración y ritmo acertado y bien dirigido técnica (visualmente tiene planos que resaltan la emotividad, y el juego de «ir al pasado» con imágenes de vídeo casero como recurso -sin entorpecer la narración mostrando a alguien grabando-) y artísticamente (con actores de gran nivel, David Verdaguer, Luis Callejo, Olivia Molina, Marta Belenguer, María Romanillos y la siempre agradable presencia de Miguel Rellán como vecino presto a ayudar en lo que pueda). Hasta el final esperanzador aunque rodado de una forma tan inteligente que lo deja abierto a lo que cada uno entienda.

Continuo la jornada, ya en turno vespertino, con el documental (en la sección Art al Cinema) Anselm sobre Anselm Kiefer, el icónico artista alemán. Wim Wenders nos sumerge, de forma casi onírica, en la vida y obra de Anselm, recreando ciertos momentos de su infancia en la Alemania de la postguerra, entrecruzándola con la actualidad. Sus inmensas (algunas incluso tridimensionales y sonoras, con piezas que el viento hace sonar) creaciones, sus espacios de trabajo y su pasión por la historia y el mito y «la liviana condición del ser humano» son el eje central de esta gran combinación entre arte y pintura (de la talla de los exitosos documentales de Arte en Pantalla).

Del arte a la historia y los duelos, en la sesión con la que cierro mi tercera jornada en el festival. Asunto de honor (dirigida, coescrita junto a Karine Silla y coprotagonizada por Vincent Perez) nos retrotrae a la Francia de finales del siglo XIX, cuando los duelos, aunque prohibidos, seguían siendo la forma preferida para resolver deshonores. Con gran acierto en las coreografías duelistas (a espada, pistola y sable), Vincent nos cuenta en el posterior coloquio cómo estudió durante dos años todo lo referido a los duelos (usos y costumbres, gestos) y se basó en películas de Akira Kurosawa, Stanley Kubrick (Barry Lyndon) y Ridley Scott (Los duelistas). También nos contó que la idea del personaje femenino, de las primeras duelistas, surgió cuando descubrió la historia, ya avanzado el guion inicial. Y esto dio pie a descubrir, con gran sorpresa, que hasta el año 2013 estaba prohibido en Francia que las mujeres llevaran pantalones. Obviamente no se respetaba, pero ahí queda (como seguro tantos otros anacronismos).Para los amantes, como es mi caso, del noble arte de la espada y de las películas bélicas (antibelicistas), ver Asunto de honor es un deber, nunca mejor dicho. Su cuidada fotografía y ambientación ponen la guinda a una historia centenaria pero a la vez de suma actualidad, ya que pone de relieve la libertad y la equiparación con el hombre de la mujer.

De esta película (como el resto) iremos hablando más según se acerque su estreno en cines.

Domingo 21 de abril de 2024

Regresamos a Cinemes Verdi para nuevas sesiones. Abrimos con Hammarskjöld. Lucha por la paz. Se trata de un excelente biopic, todo un aldabonazo a nuestras conciencias (en el cine, como este festival, cabe de todo), sobre la relevante, valiente y entregada figura de Dag HaHammrskjöld, Secretario General de la ONU en la intensa década de los 50. Hizo una gran labor en varios frentes, como solucionar la crisis del Canal de Suez, pero, y es donde se centra el filme, su misión por la que entregó su vida y sacrificó sus anhelos, fue la descolonización en Ánfrica. Su libro, Marcas, afortunadamente sigue vendiendose. Merecido ganador, a título pòstumo, del Nobel de la Paz, su legado debe ser estudiado por las nuevas generaciones. Más en esta época tan convulsa.

Antes de comer me meto a ver Descansa en paz, la nueva película de Thea Hvistendahl, coguionista junto a John Ajvide Lindqvist (autor de la extraordinaria Déjame entrar). Si en esa obra trataba con vampiros, o una niña vampiro, ahora nos adentra en los muertos vivientes. Pero, al igual que entonces, más que un terror visceral es un terror psicológico, de sentimientos. Su avilidad en mostrarnos la psique de los personajes, muertos y vivos, es colosal. Las interpretaciones (una vez más, sobre todo de los niños), asi como la ambientación en ese entorno nórdico frío, con la noche sin oscuridad absoluta pero neblina, y humedad, terminan por formar un filme digno para los amantes de este terror sobrenatural y de los dramas humanos, familiares. Porque las historias que se muestran, en paralelo y sin llegar a explicar el fenómeno (tampoco es necesario), son eso, una excelente combinación de elementos entre el drama y el terror.

Las dos sesiones de tarde también están relacionadas con el frío y la nieve.

El destino de Maya

Difícil hablar en pocas líneas o clasificar este brillante, dramático y esperanzador filme. Narra la vida de Maya, una joven soñadora en un entorno muy cristiano, valiente y con fuerte voluntad para salir adelante pase lo que pase, y luchar por lo que mas quiere: su familia. Un marido que la elije para casarse, aunque la joven Maya estaba prendida de otro (y sin embargo pronto él la enamorara hasta formar una familia numerosa). Viviendo en un islote, en una casa que ellos dos construyen, logran establecerse con muchas alegrías.

Sin embargo, la llegada de la armada inglesa debido a una larga guerra europea les cambiará la vida y una serie de vicisitudes harán que Maya se encuentre con tristezas, nuevos retos a los que deberá hacer frente con sus hijos y los recuerdos.

Lo que vendrá después

Cerramos hoy con la segunda película dirigida por Meg Ryan, que coprotagoniza junto a David Duchovny. Se trata de una pequeña y divertida película romántica. Un encuentro puramente casual en un aeropuerto de un matrimonio roto hace ya tiempo. Cada uno ha rehecho sus vidas, pero sin mucho éxito.
Un temporal retrasa todos los vuelos, y los dos se ven atrapados, toda la noche y con la única compañía de un desquiciante sistema de megafonía. La noche, que no pinta nada bien al inicio, se torna una terapia muy positiva para ambos. La magia, aunque no creas en ella, funciona. Sobre todo la magia del amor.

Lunes 22 de abril de 2024

Con gran pesar (sobre todo por no poder quedarme a disfrutar Sant Jordi, asignatura pendiente para otro año), me adentro en la última jornada del festival a la que puedo asistir.

La primera sesión, con Jeremy Irons como excepcional guía de viaje, es Los inmortales y las maravillas del Museo Egipcio de Turín. Un viaje que nos lleva a conocer un poco mejor a la fastuosa, mágica civilización del Antiguo y Faraónico Egipto, (ya que, como nos desvela este gran documental de la sección Art Al Cinema, es casi imposible llegar a desvelar todos sus secretos). Antiguo, milenario, pero que sin embargo, como nos cuenta Jeremy Irons al final, su fascinación por la vida eterna, sus dudas sobre la existencia y la necesidad de vivir intensamente la vida no les diferencia mucho de nosotros, en pleno siglo XXI.

Con un recorrido por el Nilo, varios templos y pirámides egipcias, la visita a los museos de Turín, al Museo Nacional Británico y al Louvre en París (sus expertos en egiptología y como conservan y estudian sus momias -con gran reverencia y respeto por las personas que fueron, hasta el punto de poner buena música y no discutir en su presencia en el caso de Turín, el museo más antiguo del mundo-), este documental es una obligación para los arqueólogos y amantes del arte en general.

Una madre de Tokio (en la sección Cine Amb Gràcia) cierra mi estancia en Barcelona para esta gran 8ª edición del BCN Film Festival (aunque mañana incorporaré un anexo, desde los Cines Verdi Madrid, ya que simultáneamente ofrecen ahí el pase de Joan Baez, I am a noise, (documental sobre la reina del folk fuera de competción pero dentro del marco del festival).

Yôji Yamada (director de la exitosa y muy divertida saga sobre Una familia de Tokio) nos trae en esta ocasión una dramedia, donde, como la vida misma, hay momentos para sonreír y otros más tristes en los que hay que procurar ser fuertes.  La madre de Akio Kanzaki, director de Recursos Humanos de una relevante empresa, ejerce de pilar familiar y nexo entre su nieta y su hijo, a punto de divorciarse y perder su trabajo por defender a un amigo y compañero. Dos sucesos mal vistos en la disciplinada sociedad japonesa, pero que, gracias a su madre, Kanzaki será capaz de dejar atrás. Y eso que su madre, como nieta (una joven universitaria un tanto rebelde) e hijo, tiene sus drama particular: es viuda y esta enamorada del pastor de su parroquia, pero no sabe cómo hacer que éste se fije en ella. El pastor está muy unido al grupo que ella y sus amigas han organizado para ayudar a los más necesitados, pero no todo es fácil.

Aun así, la vida hay que celebrarla, como se ve al final del delicado, emotivo filme con fuegos artificiales el 29 de julio. Coincidiendo con el cumpleaños de Akio Kanzaki, se celebra (al ser el último sábado de julio) el impresionante Festival de Fuegos Artificiales del río Sumida (río con gran simbolismo en la película) y que en la realidad atrae a millones de turistas de todo el mundo. Película muy recomendable para los que os guste lo oriental y/o las historias reales, familiares, sencillas pero a la vez muy emotivas. Guiones «como la vida misma».

Un final difícilmente mejorable para un maratón de cine inolvidable, con muy buena cosecha. Y eso que hay películas que no he podido ver (algunas las veré y comentaré más adelante, cuando tenga ocasión de visionarlas, otra ya las tenéis aquí en Beat4people: Project Wolf Hunting dentro de la sección Asian Madness by Cineasia).

Joan Baez. I am a noise, un vibrante documental en el que, durante la gira mundial de despedida de la reina del folk, Karen O’Connor, Miri Navasky, Maeve O’Boyle nos repasa junto a la propia Joan su vida. Una vida turbulenta, entre los recuerdos de su infancia, (algunos alegres, otros, algo más oscuros pero difíciles de recordar del todo), la música y la inquebrantable lucha por los derechos humanos de una convulsa y violenta época, aunque no exenta de esperanza.

Una lucha que, como su arte, le vino influenciada por sus padres, que les llevaron por todo el mundo para que vieran que todas las personas eran iguales.

No fue una vida fácil, lidiando con la ansiedad, la búsqueda de alegría, casi en constante terapia y sin echar raíces en un lugar concreto. Distanciada con su hermana pequeña, después de haber estado tan unidas en la infancia, por celos y miedos (ella hizo carrera pro separado aunque murió demasiado pronto, por cáncer, con lo que, al revés que con sus padres y su otra hermana, no llegó a reconciliarse); distanciada de su hijo, al que por sus giras no pudo ver crecer todo lo que quería y debía (luego se reconcilian, siendo él uno más en su grupo musical y apoyo principal), Joan supo, no obstante, ganarse el favor del gran público y hacer valer su talento.

Sobrepuesta a todos los altibajos, dolida por muchos recuerdos pero alegre al recordar tantos momentos felices (junto a Dylan, cantando muchas de sus composiciones de juventud -si bien nunca fueron pareja real, si vivieron una especie de «romance platónico»). A través de entrevistas y sesiones de terapia grabadas, fotografías y grabaciones de conciertos y otros actos, se nos despliega una figura de las que se pueden catalogar como irrepetibles.

Sin duda, verlo merece la pena no solo para los que tuvieron el placer de escucharla en directo, o los que hayan crecido con su música y sean amantes del melancólico, mágico y un punto crepuscular folk, sino para los que luchan (pacífica pero valiente y vehementemente) por los derechos humanos. Algo tan necesario en aquel entonces como ahora. Ella tiene, como Martin Luther King tuvo, un sueño. Aunque afirma que su mejor disco es el que hizo sin ninguna connotación política, su legado en este campo es innegable, por mucho que pueda ser tachada por algunos gestos (como ir descalza en muchas ocasiones) como rebelde y hippie trasnochada. Gracias, Joan. Gracias Karen O’Connor, Miri Navasky, Maeve O’Boyle  y a todo el equipo por traernos este documental y grabar su vida, sus reflexiones (iniciadas a la corta edad de los trece años) para generaciones futuras. Una metáfora muy bonita e inteligente es como, en la parte final del documental, ella cierra el pequeño almacén donde ha guardado sus fotografías, grabaciones y demás recuerdos.

Ahora sí, la presente edición del BCN Film Festival 2024 para mi queda cerrada (pendiente de ver -seguramente en los Verdi Madrid, como esta- las películas que se me quedaron en el tintero) pero con una imborrable huella. Ya pensando en la 9ª edición.

Gracias a todo el equipo y organizadores del festival, a A Contracorriente Films y a los  Cinemas Verdi (y Cines Verdi Madrid).
@EduVicu 

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