Suele ser la infancia y adolescencia, al menos los primeros años de este duro periodo de cambios externos e internos, de descubrimiento personal, la edad de la inocencia.
Pero bien es sabido que hay casos donde no es así, como Petiso Orejudo en Argentina (y su maravillosa adaptación al cine con El niño de barro) no es así.
Y hasta aquí puedo hablar, para no destripar la trama de The Innocents (Los inocentes), película que, pese a algunas escenas de excesiva crudeza que dejan huella, recomiendo ver en cines a partir de mañana viernes 30 de septiembre gracias a Vértigo Films. Sobre todo a los que os guste el terror fantástico. Un terror nórdico (en este caso de Noruega, 2021) que sigue sin defraudarnos.
En este enlace tenéis el tráiler, aunque, como digo, es mejor visionarla sin haber visto o leído mucho más acerca de ella.
Al inicio, cuando Anna, una joven que sufre autismo, su hermana Ida y sus padres se mudan a un barrio en los suburbios de Oslo durante las vacaciones de verano, parece que las pesadillas van a venir de seres o monstruos, imaginados por Ida. Pero pronto descubrimos que es algo “más real” (al menos en el universo del filme). Eskil Vogt, director y guionista, sabe llevarnos con gran acierto, ayudado por la ambientación aparentemente idílica y la música más unos movimientos de cámara que añaden irrealidad e inquietud a lo que estamos viviendo.
Además del tema del autismo y los extenuantes cuidados que hay que tener con quienes lo padecen, (si bien en el filme se invierten los papeles y Anne cuida de Ida), trata también de soslayo el tema del maltrato infantil o más bien abandono al que es sometido Ben, otro de los protagonistas de la película.
No voy a decir más, pero es de esas historias, muy bien llevadas en cuanto a tensión, ritmo, soberbias interpretaciones de los cuatro niños y música, que te hacen odiar pero a la vez entender al villano o villana de turno.
Para luchar contra el mal es necesario la unión de buenas vibraciones… .
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