Perseverancia, esfuerzo y no dejarse arrastrar por los fracasos o las situaciones adversas. Es lo que nos cuenta Repostero y Chef (À la belle étoile), dirigida por Sébastien Tulard con un guion de Yazid Ichemrahen y Cédric Ido.
Una película con un marco francés pero a la vez universal, que traspasa fronteras. ¿A quién no le gusta triunfar en su sueño? ¿A quién no le gusta la buena cocina, sobre todo los buenos postres? Si a esto le añadimos el drama de la inmigración y los centros o familias de acogida, extendido a lo largo y ancho del planeta Tierra, tenemos la historia real muy bien tejida de Yazid.
La narración navega entre recuerdos, (sobre todo metidos en el montaje cuando Yazid necesita concentrarse porque está siendo sometido a una de las duras pruebas en su camino el éxito), la lucha por la superación, fracasos y éxitos de Yazid, quien siempre supo que quería llegar a ser un buen repostero. El mejor.
Yazid es un luchador nato, con mucho desparpajo y una férrea voluntad que necesita de su gente, su familia. Es de los que jamás se olvida de sus humildes orígenes, como se demuestra la final del filme o en una de esas secuencias breves pero cargadas de significado que se quedan en la retina de los espectadores. La primera noche que pasa en una de las habitaciones (de servicio, pero que no dejan de ser lujosas) de uno de los majestuosos hoteles donde está trabajando no duerme en la cama, sino que sale al balcón con la manta y la almohada para dormir a la intemperie, bajo las estrellas. Recordando su espíritu libre.
Solo por esto merece la pena disfrutar, más aun para los aficionados a la cocina, de Repostero y chef una película con un ritmo, como una buena composición musical, vibrante y ágil. Nada está de más, ni los detalles a cámara lenta de los ingredientes cayendo en bandejas, boles o parrillas ni los frenéticos momentos de drama y conflicto.
Un drama social azucarado con el feel good y ligeros toques de comedia (los tres sabores que menciona uno de los grandes maestros de Yazid que debe tener como máximo todo plato); un filme que alterna los grises suburbios a paisajes luminosos como la Costa Azul y que podremos degustar en nuestros cines desde este viernes 30 de junio.
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