Pierre Anthon se convierte, casi sin pretenderlo, en gurú o guía filosófico de sus compañeros el primer día de clase cuando declara que la vida no tiene sentido y se marcha del colegio. Para él, “todos somos copias y nada importa”.

Todos son un grupo de adolescentes perdidos, que ven en Pierre, quien se niega a bajar del árbol donde se ha propuesto vivir, un ejemplo pero a la vez alguien que necesita ayuda.

Para demostrarle que en el fondo se equivoca, que sí hay cosas que importan, sus amigos deciden reunir sus pertenencias más valiosas. Es entonces cuando la trama coge un frenético ritmo, dando verdadero vértigo por la crudeza de ciertos momentos que, sin embargo, son parte del acierto narrativo cargado de simbolismos.

Nada, un título genial y muy potente, es la adaptación cinematográfica del best seller homónimo de la autora danesa Janne Teller, publicado en más de 30 países y con más de 1,5 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, editado en nuestro país por Seix Barral.

Una adaptación imponente, que apunta a ser de lo mejor en cines este 2023 (al menos en cuanto a público adolescente se refiere), bajo la dirección de Trine Piil Christensen, quien también firma el guion, junto a Seamus McNally, y protagonizada por jóvenes promesas como Vivelill S. Holm (Elves), Harald K. Hermann (The day will come) junto al veterano Peter Gantzler (Italiano para principiantes).

Como bien se ha apuntado, tiene tintes de la mítica novela de William Golding El señor de las moscas y, yo añadiría, la película de Zoe Berriatúa Héroes del mal que, sin embargo y a pesar de los momentos crudísimos invita a una sincera y optimista reflexión, ya que hay dos preguntas que subyacen en la historia.

La primera se plantea al inicio del metraje. ¿Hubiera pasado lo sucedido si los adultos hubieran hablado con los jóvenes? El diálogo con los jóvenes, y más en una etapa entre la infancia y la adolescencia, es vital.

La segunda remata la historia. “Las cosas no importan, ¿o sí?”. Hay que luchar por lo que queremos, saber cuando sacrificarse y cuando defender lo que nos importa. Ayudarnos, entendernos, pero sobre todo debemos tratar a toda costa de dejar una huella positiva para no ser una copia de una copia. Una mera fotocopia.

Precisamente esto es la chispa que prende en Pierre para revelarse, cuando al inicio del octavo curso les hacen rellenar un formulario para orientar su futuro.

Curiosamente, esto de las copias entronca con uno de los mensajes del patrón de Internet y el beato católico más joven, Carlo Acutis: “todos nacemos originales, pero muchos morimos como fotocopias”.

La intensidad y la crudeza van creciendo según avanza la historia, hasta límites difíciles de digerir sin que ni siquiera Agnes, la que más trata de entender a Pierre, sintiendo algo por él, le puedan convencer para que baje.

La idílica vida nórdica se tiñe, una vez más, de un desgarrador thriller social, género que dominan suecos y daneses. Una luz dura, el ambiente frío y enrarecido, el materialismo y la simplicidad son los ingredientes de un cóctel perfecto para una tormenta perfecta que viene anunciándose sutil pero inexorablemente que, en este caso, estalla fatalmente, dejando no obstante un atisbo de esperanza.

“Todo lo sucedido es obra de una generación perdida”, dirá uno de los pocos adultos que aparecen en el filme. Confiemos en que películas y libros como Nada (que llega este viernes 14 de julio a nuestras pantallas gracias a A Contracorriente Films) nos hagan reflexionar y despertar para no llegar en la realidad a estos extremos.

@EduVicu

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